Introducción
Durante estos últimos años han ocurrido dos eventos que han transformado de manera ostensible la importancia de las redes sociales en la sanidad nacional:
El primero ha sido la creación por Julio Mayol de la red @SoMe4Surgery #SoMe4Surgery en 2018. Esta red demostró como a través de la red social Twitter era posible no solo difundir conocimientos científicos sino también debates en tiempo real con expertos de todas las partes del globo e incluso consultas con expertos sobre casos complejos, en un intento de democratizar la sanidad y de acercarla a los países con bajos recursos. Probablemente el culmen de esta red fue la organización del primer congreso virtual de #Some4Surgery con un gran éxito y demostrando la posibilidad de disponer de expertos de todo el mundo a tiempo real aprovechando la tecnología disponible sin el gasto de grandes desplazamientos y sin el trastorno derivado en las familias de los conferenciantes al estar fuera de su hogar durante días. Esto lo recogimos el número especial de redes sociales de la revista andaluza de cirugía, donde proponíamos la opción real de congresos virtuales como una opción viable y eficaz[1].
El otro evento ha sido la gran desgracia que ha ocurrido en estos años con la pandemia SARS-CoV2 que se inició en nuestro país de forma oficial en marzo del 2020. Las restricciones de movilidad junto a la prohibición de viajar, provoco que se desarrollaran de forma exponencial las redes sociales como única herramienta de contacto social entre familiares, amigos y muchas veces como único nexo con la sociabilidad tan necesaria en nuestra sociedad. Esto también llego a la sanidad y a las diferentes sociedades científicas que se vieron en la necesidad de buscar nuevas vías para intercambiar contenidos científicos.
Todo esto relanzo la progresión y la importancia de las redes sociales en nuestro país, fortificando el trabajo ya realizado previamente por la red #SoMe4Surgery y cambiando de forma radical el concepto previo de comunicación científica que se tenía hasta entonces. Ejemplos de estos cambios son la presencia de webinars creadas por sociedades científicas como las diferentes secciones de la Asociación Española de Cirujanos o la propia Asociación Andaluza, difundidas a través de Zoom con gran implicación de los miembros de las mismas, la realización del primer congreso de Cirugía de Urgencias vía online o la realización del Congreso Nacional de cirugía general del 2021 también online. A nivel europeo, la evolución fue similar con ejemplos como las webinars de la Sociedad Europea de Trauma y Cirugía de Urgencias, que, pasada la pandemia, se siguen realizando online debido a la gran aceptación. Una de las mayores evoluciones en la cirugía de urgencias fue la realización vía online del Board Europeo de Cirugía de Urgencias con una aplicación que permite recrear salas individuales para cada aspirante tanto en el examen test como en los casos clínicos. Dado su excelente resultado se ha seguido realizando online, suponiendo no solo un ahorro importante en el desplazamiento de los examinadores sino también un mayor acceso para los diferentes aspirantes de todo el mundo al examen evitándoles el gasto de desplazamiento al lugar del examen.
situacion de las redes sociales en españa
El uso de redes sociales a nivel global se estimó en 2.9 billones en el año 2019. Sin embargo, tras el impacto del SARS-CoV2 se estima que la proyección al año 2023 será de 3.4 billones de personas[2].La evaluación en un reciente estudio por Comscore de las redes sociales en España junto con la pandemia y sus cambios en su comportamiento online, reflejo un aumento del 55% en la utilización de las redes sociales siendo nuestro país, el país europeo con mayor incremento de la utilización de las redes y con un aumento también de un 48% en la descarga de aplicaciones[2].
Riesgo para los pacientes
Dentro de los riesgos que pueden sufrir los pacientes en la comunicación online se citan en un reciente estudio, la falsa información en un 43%, un 18% "fake-news", 26 % la imposibilidad de un diagnóstico certero vía online y un 13% el riesgo de promoción por parte de empresas[4].
Riesgos para los profesionales
Pero el riesgono es solo para los pacientes, en un estudio publicado en el Journal of Vascular Surgery[5], se reflejó como cerca de un 1/3 de los mensajes emitidos por profesionales sanitarios era poco profesional o al menos el contenido era potencialmente objetivable. Es importante que los cirujanos jóvenes, nacidos a partir de 1980, conocidos como nativos o "milenials" sean conscientes de que los contenidos sean adecuados[5].
Telemedicina en el sistema sanitario
Uno de los factores prioritarios en la educación sanitaria vía online es saber que solo es útil si se usa junto con el sistema tradicional, haciendo su uso online como refuerzo de las zonas detectadas y sin la intención de sustituir la educación tradicional. Su uso debe ser complementario a la educación tradicional. El mensaje debe hacer eco en la audiencia y provocar una reacción individual. Debe dirigirse a una población diana en lugar de a la población general para conseguir un efecto mayor y obviamente, el mensaje debe de intentar ser interactivo para conseguir una participación activa, huyendo de los mensajes lineales que no consiguen efecto alguno[6]-[9].
La presencia de consulta online ha sido revisado en un estudio por Bakers at all. [10] donde los pacientes navegaban en un sitio médico, contestaban a unas preguntas sobre su condición médica, esperaban en una cola virtual para conectarse por video a una aplicación y se discutía su condición y posibilidades[10].
El uso de la telemedicina ha sido estudiado en el control postoperatorio de apendicetomías y colecistectomías vía laparoscópica comparando de manera aleatorizada la consulta presencial frente a la telemedicina con un soporte de video, no demostrándose diferencias en el control postoperatorio precoz en los primeros 30 días[11]. Una revisión sistemática en el uso de la telemedicina en escenarios clínicos, reflejo en 7 estudios que no existían diferencias en las complicaciones postoperatorias detectadas en los pacientes de bajo riesgo cuando se comparaban la consulta presencial frente a la telemedicina[12]. Parece evidente que el uso de la telemedicina es un recurso eficaz que se está extendiendo en zonas con bajos recursos para democratizar la sanidad, mejorar la consulta postoperatoria e incluso la adherencia a los tratamientos, aunque necesita de estudios más amplios para valorar a largo plazo su eficacia en el tiempo[13],[14].
Telemedicina y cirugia mayor ambulatoria
Vamos por último a analizar la posibilidad de introducir la telemedicina en la cirugía mayor ambulatoria (CMA). En abril 2021[15], de la Sección de Cirugía Mayor Ambulatoria de la Asociación Española de Cirujanos propuso un documento de consenso para este tipo de cirugía en plena pandemia SARS-CoC2. Varios de los puntos importantes fueron una consulta de acto único donde en ese mismo día se realizaría la valoración por el cirujano/a, la inclusión en lista de espera, la valoración por el anestesiólogo/a, personal de enfermería de CMA y las pruebas preoperatorias. En este mismo consenso se proponía ya la realización de una teleconsulta con un simple cuestionario que identificaría a los pacientes de alto riesgo para postponerlos o considerarlos no candidatos a CMA. Otro de los recursos que se proponían era un consentimiento informado electrónico.
Tras el análisis que hemos realizado sobre el incremento creciente del uso de las redes sociales en España, siendo el país europeo que más crece en su uso y viendo que los diversos estudios que han valorado el uso de la telemedicina en las consultas preoperatoria[10], control postoperatorio en pacientes de bajo riesgo (pacientes con un perfil similar a los candidatos de CMA)[11],[12] y adhesión al tratamiento postoperatorio[14] ha sido muy satisfactorio; el uso de la telemedicina en los pacientes intervenidos en régimen de CMA es una realidad, dotando de una mayor seguridad y podría sustituir a los cambios que ya se han introducido tras la pandemia, con consulta telefónica preanestésica y postoperatoria al de 24 horas de la cirugía. Esta nueva aplicación muy probablemente dotaría a la valoración preanestésica de una valoración más objetiva y más segura, ya que, dispondría el anestesiólogo/a de una imagen por video del paciente frente ahora únicamente una conversación telefónica y en la valoración postoperatoria precoz esta sería más adecuada al poder ver al paciente y tener más datos objetivos frente al control del dolor precoz.