Introducción
La detección de quistes pancreáticos está aumentando, se estima una prevalencia de 1,2-19,6% en estudios de imagen. Se cree que hasta el 60% de los quistes son neoplasias[1]. La ecoendoscopia permite obtener información detallada de la lesión, además de extraer una muestra de líquido mediante punción-aspiración con aguja fina (PAAF), la intervención más común realizada durante la ecoendoscopia.
Descripción de la imagen
Se presenta el caso de una mujer de 75 años con lesión quística pancreática encontrada incidentalmente durante colangiorresonancia magnética solicitada por cólicos biliares de repetición en paciente colecistectomizada. Los hallazgos de la resonancia sugieren neoplasia quística serosa como primera opción diagnóstica. Se completa el estudio con una ecoendoscopia, en la que se objetiva una lesión de 5 cm de diámetro mayor en la cola del páncreas, tabicada, de paredes normales y contenido líquido (Figura 1). Se realiza PAAF con aguja de 22 G extrayendo material denso claro y se administra profilaxis antibiótica intravenosa. Horas después la paciente comienza con sensación distérmica y epigastralgia intensa. Analíticamente destaca 16520 leucocitos/μL con 87,2% de polimorfonucleares, PCR 443 mg/L y procalcitonina 2,03 ng/mL. En tomografía computarizada abdominal con contraste se observa una colección en la pared gástrica adyacente al quiste, de 3x2x8 cm, en probable relación con formación de un trayecto fistuloso tras punción transgástrica del quiste por ecoendoscopia (Figura 2). La evolución de la paciente es tórpida, con persistencia del dolor abdominal y la fiebre a pesar de antibioterapia intravenosa de amplio espectro, por lo que finalmente se decide tratamiento quirúrgico, realizándose pancreatectomía subtotal radical, esplenectomía y resección de curvadura mayor gástrica.
Comentarios a la imagen
Vilmann et al. describieron la PAAF guiada por encoendoscopia en 1992, desde entonces se ha convertido en una técnica muy empleada para el diagnóstico de lesiones gastrointestinales y/o accesibles desde el tubo digestivo[2]. La PAAF guiada por ecoendoscopia se considera una técnica segura y mínimamente invasiva comparada con otras técnicas radiológicas percutáneas y quirúrgicas. La tasa de complicaciones se estima en hasta un 2-2,5%[3]-[5], aunque la frecuencia de complicaciones descritas en estudios retrospectivos es menor que en series prospectivas[5]. Además, asocia una morbimortalidad no despreciable. En una serie de 2468 pacientes se describió un caso de muerte tras PAAF (0,04%)[5].
Las complicaciones más frecuentes incluyen dolor tras el procedimiento, sangrado y pancreatitis aguda[3]-[6]. Perforación, fiebre, infección y siembra de células tumorales en el trayecto de la aguja son menos frecuentes[3]-[7]. La PAAF de lesiones quísticas parece que tiene más complicaciones que la de lesiones sólidas, en algunos estudios se han descrito complicaciones en hasta el 14% de las punciones de lesiones quísticas[8],[9]. Sin embargo, no se han encontrado factores predictivos de complicaciones[7].
Tras revisión de bibliografía previa no se ha encontrado descrito ningún caso de colección gástrica tras PAAF de quiste pancreático guiada por ecoendoscopia. Sí se ha descrito un caso de fístula mediastino-esofágica y mediastinitis tras PAAF transesofágica de adenopatía mediastínica en paciente con tuberculosis[10]. A pesar de que se trata de una complicación rara, dado que la ecoendoscopia con PAAF es una técnica diagnóstica cada vez más empleada, se debe tener en cuenta la posibilidad de formación de una fístula en el trayecto de punción por la morbimortalidad asociada. En el caso presentado, la paciente requirió pancreatectomía subtotal radical, esplenectomía y resección de curvadura mayor gástrica.