Introducción
Anisakidosis es una zoonosis causada por la ingesta de pescado/cefalópodos crudos o poco cocinados contaminados por larvas vivas de nematodos parasíticos que provienen de la familia Anisakidae [1],[6]. Es un hecho, que esta enfermedad ha ido aumentando de forma insidiosa durante los últimos años, sobretodo en España, que actualmente supone el segundo país con la incidencia más alta sólo precedida por Japón[1], aunque la incidencia real no está clara ya que es una entidad de difícil diagnóstico. El aumento en la ingesta de este tipo de comidas (como el sushi) hace que sea necesario , realizar una historia clínica detallada interrogando al paciente sobre la ingesta reciente de pescado crudo, sobretodo cuando se presenta en forma de abdomen agudo quirúrgico, donde es necesario tomar decisiones a la mayor brevedad posible.
El órgano más frecuentemente afectado por este tipo de parasitosis es el estómago (síntomas gástricos en >95% de los casos)[2],[4] suponiendo la afectación intestinal solo de un 4%[2],[4], y siendo el íleo el sitio principal de localización. Las manifestaciones clínicas dependerán de la afectación sobre la pared intestinal: desde presentación asintomática hasta formas invasivas: obstrucción intestinal, estenosis o perforación intestinal, las cuales requerirán intervención quirúrgica urgente. Material y Métodos
Material y Métodos
Presentamos el caso de un varón de 37 años, sin antecedentes de interés salvo una colonoscopia en 2018 sin hallazgos patológicos (despistaje de cáncer colorrectal, padre con cáncer de colon) y que acudió a urgencias por dolor abdominal de tipo difuso y continuo de 4 días de evolución junto con astenia, distensión abdominal y vómitos. No refería trasgresión dietética y presentaba fiebre 38ºC. Tampoco refería alteraciones en el hábito intestinal y no asociaba clínica miccional.
A la exploración presentaba dolor abdominal difuso a la palpación profunda con defensa abdominal. Se solicitó analítica sanguínea que mostraba un leve aumento de reactantes de fase aguda, siendo la PCR de 81 mg/dl, sin leucocitosis (leucocitos de 6570), con función renal y hepática conservadas. Ante la persistencia de sintomatología tras tratamiento analgésico, se solicitó una TAC abdominal en la cual se identificó un segmento corto de ileon distal de unos 4 cm de longitud con engrosamiento mural simétrico con dilatación proximal de asa con calibre de hasta 3,1 cm en Íleon distal y marco cólico colapsado junto con importante cantidad de líquido libre en gotiera parietocólica derecha, subhepática y pelvis. Adenopatías milimétricas en raíz de mesenterio, siendo el diagnóstico radiológico compatible con brida, tumoración o linfoma intestinal. (Figuras 1-3).
Ante un cuadro clínico de obstrucción intestinal en un paciente sin antecedentes quirúrgicos, se decidió laparotomía exploradora urgente, observándose un asa de íleon terminal con signos de isquemia junto con adenopatías en grasa mesentérica y líquido libre seroso de cuantía moderada. Tras intento fallido de recuperación de dicha asa con medidas térmicas, se decidió resección ileal del asa afectada a unos 20 centímetros de válvula ileocecal y anastomosis primaria. Se remitió la pieza a Anatomía patológica para estudio.
El Postoperatorio cursó con normalidad, iniciando dieta al 3º día postoperatorio, con buena tolerancia, siendo dado de alta al 5º día postoperatorio.
Resultados
El diagnóstico final de Anatomía Patológica informó como segmento de intestino delgado con un denso infiltrado inflamatorio eosinofílico transmural que alcanza serosa y presencia de parásito en la luz intestinal con características morfológicas concordantes con anisakis.
Discusión
La anisakidosis intestinal es una enfermedad rara, de difícil diagnóstico, que en la mayoría de casos requiere de una muy alta sospecha clínica ya que no existe una prueba diagnóstica gold estándar. La sospecha clínica cobra mayor importancia sobretodo cuando se presenta en sus formas complicadas como en caso de obstrucción intestinal, como es nuestro caso, ya que en la mayoría de ellos vamos a necesitar una intervención quirúrgica urgente.
Hay varios casos publicados que recomiendan manejo conservador en caso de un diagnóstico de anisakidosis y en los que no existan complicaciones clínicas ni hemodinámicas en el momento del diagnóstico[3] ya que se trata de una enfermedad benigna pudiendo evitar así una intervención quirúrgica.
Presentamos este caso por ser un caso poco frecuente , aunque debido a la globalización en la que vivimos actualmente, enfermedades/infecciones que antes eran raras en nuestro medio, ya no lo son y que podríamos considerarlas como nuevos diagnósticos potenciales a tener en cuenta en nuestros diagnósticos diferenciales de procesos abdominales, ya que puede llegar a ser potencialmente grave si se manifiesta en sus formas invasivas y cuya resolución temprana dependerá de un correcto enfoque diagnóstico. Varios artículos revisados [3],[4], proponen que dicha patología se puede manejar de forma conservadora siempre y cuando el estado del paciente lo permita, pero realmente no se dispone de pruebas diagnósticas específicas que puedan realizarse con carácter urgente, y solo encontramos algunos hallazgos radiológicos de la TAC[5] junto con otros parámetros analíticos (eosinofilia, aumento de RFA..) que nos pueden orientar hacia este diagnóstico.
Por tanto, creemos que una historia clínica y alimentaria detallada y una alta sospecha nos pueden ayudar al diagnóstico de esta rara entidad, Aunque, como fue en nuestro caso, y dada la falta de pruebas específicas, la exploración quirúrgica sigue estando indicada en la mayoría de los casos.