Introducción
La esofagectomía es un procedimiento quirúrgico complejo cuya complicación más temible es la dehiscencia de anastomosis. Con una incidencia entre el 0% y el 35%, se trata de la principal causa de mortalidad asociada a esta intervención. Su manejo es variable en función de su repercusión clínica y la magnitud de la misma, pudiendo ser conservador o quirúrgico[1].
Caso Clínico
Paciente de 57 años con estenosis esofágica péptica. Es intervenido mediante esofagectomía Ivor-Lewis con abordaje mínimamente invasivo (toracoscópico/laparoscópico), realizándose una anastomosis esofagogástrica intracorpórea mediante endograpadora circular.
Al segundo día postoperatorio desarrolla cuadro de sepsis acompañado disnea, dolor torácico y débito turbio por drenaje pleural, realizándose TC compatible con dehiscencia anastomótica. Debido a la situación clínica se opta por tratamiento quirúrgico. Se reinterviene mediante toracotomía lateral derecha evidenciando anastomosis dehiscente en un tercio: se realiza sutura de la dehiscencia sobre tubo de Kehr con monofilamento irreabsorbible y epiploplastia, junto a lavado de cavidad torácica, colocación de drenajes y yeyunostomía.
La evolución fue favorable, sin otras complicaciones, permitiendo el reinicio de la dieta oral y el cierre del Kehr tras control baritado a los 14 días. La retirada definitiva del tubo de Kehr se realizó de forma diferida a los dos meses.
Discusión
El manejo de la fuga anastomótica esofagogástrica depende de la situación presente a su diagnóstico. Aquellos pacientes sin datos de sepsis pueden ser manejados de forma conservadora, manteniendo dieta absoluta y antibioterapia junto a un adecuado drenaje, pudiendo añadir asimismo tratamiento endoscópico como la colocación de stent. Por otra parte, aquellos pacientes con datos de sepsis precisan habitualmente tratamiento quirúrgico, que puede ser más o menos agresivo según el grado de isquemia. En el caso de una dehiscencia parcial sin presencia de signos de isquemia sería posible realizar una cirugía conservadora, suturando el defecto o rehaciendo la anastomosis[1].
El uso de la fistulización dirigida o mediatización con Kehr fue descrito inicialmente por Abott en los años 70 como una opción de tratamiento de perforaciones esofágicas, siendo una alternativa al refuerzo de la sutura primaria con colgajos[2]. Posteriores estudios avalaron su utilidad como cirugía definitiva en las perforaciones esofágicas tardías[3]. Así, aunque descrita de manera más anecdótica[4],[5], su utilidad puede extenderse a la dehiscencia de anastomosis esofagogástrica, particularmente en el contexto de que ésta sea parcial y exista riesgo de realizar únicamente una resutura anastomótica.