Introducción
La hernia inguinal es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes en la humanidad, llegando a ser intervenidos a nivel mundial más de veinte millones de personas al año.
Al ser una patología tan prevalente estamos obligados a buscar técnicas quirúrgicas que mejoren el dolor postoperatorio, aceleren la reincorporación a la vida laboral y eviten en dolor crónico postoperatorio.
Como sabemos la cirugía laparoendoscópica ha revolucionado la cirugía consiguiendo mejorar los tres puntos anteriores mencionados. A nivel de la hernia inguinal el acceso endoscópico pretende reducir las desventajas de las técnicas abiertas y ofrecer un mejor acceso a la pared posterior del conducto inguinal. Permite una clara visualización de todo el canal inguino-crural pudiendo evidenciar cualquier tipo de hernia y poderlas reparar en un solo tiempo quirúrgico.
En el 2018 se han publicado las últimas guías clínicas sobre la hernia inguinal que indica que la reparación endoscópica debe realizarse en:
- Varones con hernia inguinal unilateral, ya que tiene menor dolor postoperatorio y menor incidencia de dolor crónico.
- Hernia inguinal bilateral.
- Hernias de la región inguinal en la mujer.
- Hernias femorales.
- Hernias recidivadas de reparaciones previas por vía anterior.
A pesar que la hernioplastia inguinal endoscópica presenta ventajas demostradas sobre las técnicas abiertas, la realidad es que no se ha universalizado como otros procedimientos laparoscópicos debido a diversos motivos: poca predisposición a iniciarnos en un procedimiento nuevo, una curva de aprendizaje exigente y el no estar familiarizados con la vía preperitoneal.
La iniciación en la reparación de la hernia inguinal por vía laparoscópica es costosa y no está exenta de sacrificios. Para empezar a realizarla debemos estar tutorizados y entender bien la anatomía del espacio preperitoneal.
Proponemos asistir a cursos de formación con participación activa en las cirugías, para poder entender y orientarse en el campo quirúrgico a tiempo real.
La dos técnicas por excelencia en la reparación endoscópica de la hernia inguinal son el TEP (totalmente extraperitoneal) y el TAPP (transabdomino-preperitoneal) y están muy bien descritas en la literatura, pero para iniciarse en estos procedimientos debemos ser muy sistemáticos, por eso queremos puntualizar varias estrategias a la hora de comenzar a realizar estas intervenciones:
- Selección de pacientes meticulosa.
- Sondaje vesical.
La elección de la técnica:
- TEP (totalmente extraperitoneal): de preferencia: varones.
-TAPP (transabdomino preperitoneal):
• Mujeres.
• Hernias inguinoescrotales.
• Asociados a otro procedimiento intrabdominal.
Orientación adecuada: referencia los vasos epigástricos y el ligamento de cooper.
Cirugía sistemática:
1) Proteger los vasos epigástricos.
2) Disecar zona segura y de confort: Brogros.
3) Esqueletizar el cordón espermáticos.
4) Rechazar el peritoneo cranealmente.
5) Terminar disecando el espacio de Retzius.
6) Crear un cañón entre la vejiga y los vasos iliacos para poder incidir la malla y evitar así que el peritoneo se pueda deslizar.
Elección de la malla:
- Mallas tridimensionales de alto peso molecular (más rígidas)
Fijación de la malla:
- En las Hernias M3 y con pegamento.
- No explorar lado contralateral si no hay evidencia física o radiológica de hernia en el TEP.
- Se puede explorar lado contralateral en TAAP.
Recomendaciones postquirúrgicas:
- Usar calzoncillos ajustados.
- Aplicar frío en las ingles.
- Hacer vida normal sin realizar esfuerzos durante dos semanas.
