Humanitarismo y cooperación internacional
Es para mí un enorme honor que el Director de nuestra revista me encargara la editorial de este volumen dedicado a la cooperación internacional.
Creo que estaréis de acuerdo conmigo que hacer lo que más te gusta en un sitio que verdaderamente lo necesita aporta un gran placer. Estoy seguro de que muchos de nosotros cuando éramos más jóvenes veíamos con emoción a los cirujanos que operaban en las antiguas misiones. Eran verdaderos héroes que sin duda nos inspiraban a ser médicos, mejor aún, cirujanos, para resolver problemas en un ambiente cuanto menos romántico.
La cirugía viene siendo un componente esencial de la asistencia sanitaria en todo el mundo desde hace más de un siglo. Dada la creciente incidencia de los traumatismos, los cánceres y las enfermedades cardiovasculares, el peso de la cirugía en los sistemas de salud públicos irá en aumento. Se calcula que en todo el mundo se realizan cada año 234 millones de operaciones de cirugía mayor, lo que equivale a una operación por cada veinticinco personas. Sin embargo, los servicios quirúrgicos están repartidos de manera desigual, pues el 75% de las operaciones de cirugía mayor se concentran en un 30% de la población mundial.
A pesar de la eficacia que puede tener la cirugía en cuanto a vidas salvadas y discapacidades evitadas, la falta de acceso a una atención quirúrgica de calidad sigue constituyendo un grave problema en gran parte del mundo. A menudo el tratamiento quirúrgico es el único que puede mitigar discapacidades y reducir el riesgo de muerte por afecciones comunes. Sin embargo, multitud de problemas sanitarios de otra índole hacen que la cirugía -salvo la asociada a traumatismos y agresiones- siga relegada a un tercer lugar en los países con escasos recursos.
A lo largo de mis años de profesión he tenido la gran oportunidad de convivir y aprender de muchas personas dedicadas con total abnegación a salvar vidas, a mitigar sufrimientos, a tratar de llevar un poco de esperanza a gente desfavorecida; sin duda el número que hoy sale a la luz es un claro ejemplo de esto. Los cirujanos andaluces siempre nos hemos caracterizado por un gran voluntarismo y nadie como nosotros sabemos transmitir calor al paciente, aunque sean de otra cultura o lugar; así como la enorme capacidad de forjar amistad con otros colegas.
Con frecuencia, se puede encontrar opiniones que catalogan como absurdo operar hemorroides, hernias, vesículas o varices en países que tantas necesidades tienen, sin embargo, es un gran error de quien lo piensa. Recientemente fue presentado el texto "Essential Surgery", donde se señala que los procedimientos quirúrgicos básicos están entre las intervenciones de salud más rentables en los países en desarrollo, teniendo en cuenta todas las intervenciones de salud en dichas naciones. Y si estuvieran disponibles de manera más amplia, estos procedimientos evitarían 1,5 millones de muertes al año. Alrededor de 2.000 millones de personas no tienen acceso a servicios quirúrgicos, tales como cesáreas o reparación de fracturas óseas, aunque se podrían ofrecer muchas cirugías en los hospitales comunales en los países en desarrollo.
Hasta hace poco, se consideraba que la cirugía era demasiado complicada y costosa como para ser parte integral de la salud pública en dichas naciones. Pero las opiniones están cambiando en la medida que surgen más evidencias acerca del valor y de la rentabilidad de los procedimientos quirúrgicos básicos.
Tendremos la gran oportunidad en este número de ver algunos ejemplos de lo que algunos colegas están haciendo para ayudar a los más desfavorecidos. Son cinco ejemplos de humanismo, dedicación, ilusión con y por la cirugía. Da igual el nombre Benéfica Chirurgia, Quesada Solidaria, Cirujanos en Acción o Ibermed; son todos un poco de Andalucía y sus hospitales, con todo el humanitarismo que vamos perdiendo que estando cerca de los más necesitados de nuevo se enciende.
Sirvan estas líneas para rendir homenaje a las decenas de profesionales andaluces que año tras año parten con ilusión a otros confines de la tierra para hacer lo que mejor sabemos hacer: operar.
Hago mías las palabras que el escritor José María Mendiluce escribe en su libro titulado "Con rabia y esperanzas":
"Lo más importante en esto es conocer para opinar, saber para criticar, hablar para entenderse y respetarse para cooperar".
Fernando de la Portilla de Juan
Fundador de Médicos con Iberoamérica